Hacia una huelga general

las claves del poder

Pablo Iglesias ya ha hecho un llamamiento para que los sindicatos se movilicen contra el Gobierno.

Hacia una huelga general

Pepe Álvares, de UGT y Unai Sordo, de CC.OO. 

Álex García

Todos los presidentes de la democracia española han sufrido una huelga general. ¿Pedro Sánchez tendrá el cuajo suficiente para aguantar la suya por hacer lo correcto? Esta va a ser la gran prueba que tendrá que superar en los primeros meses del año que comienza. Aunque parezca increíble, su vicepresidente segundo Pablo Iglesias ya ha hecho un llamamiento para que los sindicatos se movilicen contra el Gobierno. Los secretarios generales de CC.OO. Unai Sordo y de UGT, Pepe Álvarez, no han hecho oídos sordos a los cantos de sirena que reciben desde Podemos.

La razón del enfrentamiento sindical con el Ejecutivo es el afán de revertir las reformas estructurales que hizo el gobierno de Mariano Rajoy durante la anterior crisis presionado por la UE: la reforma laboral y la de pensiones. Una situación que recuerda a la huelga del 14 de diciembre de 1988 contra Felipe González, quien les aguantó el pulso y pudo mantenerse en el poder durante cuatro legislaturas. Revertir las reformas estructurales que ya están hechas es una trampa de elefantes porque implica no abordar otras nuevas en cuando más se necesitan.

El dinero de la UE es podría permitir salir del modelo del ladrillo, la hostelería y el turismo

La pandemia ha tenido efectos terribles sobre la salud y sobre la economía, pero también nos ha enseñado muchas cosas. No hay bien que por mal no venga. El gran encierro ha acelerado la digitalización de la economía y ha acabado con las empresas menos preparadas para adaptarse a la revolución tecnológica. Es cierto que se está produciendo mucho dolor, pero también se están creando muchas oportunidades para las mujeres y los jóvenes que no pueden volver a ser los pagadores de la recesión como sucedió con la crisis de 2009.

Los programas estratégicos previstos por la UE, el hidrógeno verde, la agenda digital 2025, los planes de conectividad, el despliegue del 5G, la estrategia de inteligencia artificial, y la transición ecológica son el futuro y representan una gran oportunidad para las nuevas generaciones que no pueden seguir atrapadas por el ladrillo, la hostelería y el turismo como los pilares básicos de un modelo de crecimiento económico que no somos capaces de superar.

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en una imagen de archivo 

EFE

Sánchez tiene muchos triunfos en la bocamanga para ganar la partida. Dinero fácil y barato para impulsar las nuevas tecnologías, proyectos empresariales para renovar el tejido industrial y tecnología para ponerlas en marcha. Pero sobre todo cuenta con nuevas generaciones muy bien preparadas para pilotar la transformación y hacer el cambio generacional que se viene reclamando.

Estos primeros meses de la década que se inicia van a ser decisivos porque van a poner a prueba la capacidad de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Se va a demostrar si es capaz de coger el viento de la historia o si por el contrario será su socio Pablo Iglesias quien le cambie el rumbo. Ambos tienen conceptos diferentes sobre cuál tiene que ser la acción del Gobierno.

Tras las elecciones catalanas Sánchez tendrá que afrontar una crisis de Gobierno

Por una parte, el alma reformista y resiliente que representa el tándem Nadia Calviño-María Jesús Montero y, por otra, el grupo Pablo Iglesias-Alberto Garzón y sus ministras. Este último, apoyado por los sindicatos, está más inclinado hacia fomentar la España subvencionada que a impulsar las reformas que se necesitan para asegurar la transformación del modelo productivo que el nuevo siglo está imponiendo.

Es decir, tras las elecciones catalanas Sánchez tendrá que afrontar una crisis de Gobierno, le guste o no. Probablemente implicará un cambio de aliados. Una vez aprobados los presupuestos para el 2021 tiene margen para girar hacia el centro, pero la fuerte presión que va a ejercer el bloque de investidura sumado a los sindicatos va a tratar de impedir este movimiento. Pero como dijo el padre de la patria norteamericana, Abraham Lincoln, una casa dividida contra sí misma no puede mantenerse en pie. Lo que está en juego en este año que comienza es el futuro de todo un país y va a depender de la capacidad de negociación para hacer cierto que el arte de la política es hacer posible lo imposible. De lo contrario habría que ir pensando en unas nuevas elecciones generales que a nadie le interesan.

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